Los Mallos de Riglos

"Mallo" es topónimo aragonés derivado del latín "malleus", que significa mazo. Es en la sierra del prepirineo oscense donde encontramos este fenómeno de la naturaleza. Al crearse la cordillera pirenaica, la erosión arrastró hasta aquí mucho material, creándose estas enormes elevaciones por efecto de la erosión.

Auténtico paraiso para los escaladores y montañeros en general, existen 170 vías de escalada abiertas. El Puro, Fité o el Pisón, que ostenta la altura máxima de 275 m., son algunas de las enormes paredes verticales que ya empezaron a ser escaladas en los años 30 del pasado siglo. Buitres leonados, alimoches, águilas reales y el quebrantahuesos (en vías de extinción) campan a sus anchas por las cimas.

Si el espectáculo impresiona en la distancia, al menos a mi, resulta sobrecogedor pasear por las calles del pueblo de Riglos, situado a sus pies y que parece estar en permanente amenaza. Pero sus habitantes perciben la presencia de los Mallos como algo que les protege de todo peligro.