sábado, 19 de septiembre de 2015

Arromanches, playas del desembarco


Hoy me voy a poner serio. Sin que sirva de precedente.
En la Conferencia Trident, (Washington, 1943), los aliados decidieron emprender una invasión a través del Canal de la Mancha para reconquistar la Europa continental del dominio de la Alemania nazi. Se iniciaba así la Operación Overlord.
De los cuatro lugares candidatos para el desembarco (Calais, Bretaña, Normandía y la Panínsula de Cotentín), Normandía fue el lugar elegido pese a su falta de instalaciones portuarias, dificultad que los aliados superarían gracias al desarrollo de unos novedosos puertos artificiales.
39 fueron las divisiones aliadas implicadas en la batalla de Normandía: 22 estadounidenses, 12 británicas, 3 canadienses, una polaca y una francesa, que sumaban un millón de soldados.


El día previsto para la invasión fue el 4 de junio de 1944, pero las condiciones meteorológicas adversas aconsejaron retrasarlo hasta el día 6, coincidiendo con el plenilunio que iluminaría a los pilotos de los aviones. Se pensó en la hora inmediatamente anterior al amanecer como el momento idóneo puesto que así se minimizaba el tiempo que los soldados estarían expuestos al enemigo.
Todo estaba previsto hasta en sus mas mínimos detalles, pero una enorme sombra de duda en cuanto al resultado sobrevolaba sobre las cabezas de todos los implicados en la operación. Era una guerra que no se podía perder.


La supremacía aérea anglo-norteamericana fue decisiva en el éxito de la operación, al destrozar varios puentes sobre el Sena y el Loira, impidiendo así que los alemanes pudieran enviar refuerzos a Normandía. El éxito del desembarco permitió el rápido avance de las tropas aliadas hacia el interior de Francia, y fue uno de los elementos clave de la derrota del III Reich.
Los comandantes Montgomery y Eisenhower consiguieron confundir al mando alemán haciéndoles creer que el desembarco se realizaría en el Paso de Calais, mediante multitud de maniobras de contra espionaje.
Los soldados tocaron las orillas de 5 playas distintas en un área de 90 kms. de costa entre Cherburgo y Havre.
Pese al alarmante nivel de bajas aliadas de los primeros momentos, el avance posterior fue imparable. Europa comenzaba a soñar con la liberación.


Arromanches fue seleccionado como uno de los lugares para la construcción de dos puertos Mulberry. Se trataba de puertos de descarga de material en la invasión, uniendo diversos bloques de hormigón preformados que, transportados a través del Canal de la Mancha a flote, serían unidos una vez en su ubicación definitiva. El de Arromanches fue de gran utilidad y aún se conservan hasta el día de hoy bloques de hormigón sobre la arena que formaron parte del puerto artificial.
Me impresionó mucho, muchísimo, pisar el terreno mismo donde tuvo lugar un acontecimiento de tanta trascendencia para nuestra historia y para nuestras vidas que, de no haber sido por este desembarco, bien podrían estar hoy sometidas a una delirante dictadura fascista.
Y mucho más impresiona pensar en todas aquéllos soldados y civiles que, en muchos casos muy prematuramente, dieron su vida por tan noble causa. Gracias a ellos podemos disfrutar hoy de una Europa que, pese a todas sus contradicciones, es la Europa de la libertad y del progreso.


lunes, 7 de septiembre de 2015

Canasta y personal


Henk Norel recibe un pase picado en la zona para jugarse el 1 x 1 contra Isaac Fotu, jugador de la Bruixa D´Or Manresa. Los compañeros de éste en el banquillo no quieren ni mirar. Norel lanza un semi gancho de protección, Fotu se levanta tarde y empuja con el brazo izquierdo al jugador del Cai Zaragoza. Fue canasta y personal. Y jugada de tres puntos. Este imagen no se volverá a repetir porque Fotu jugara esta temporada en el Cai junto a Norel. Es lo que se llama pasión por el baloncesto, que algunos sentimos.