viernes, 30 de mayo de 2014

Dubrovnik (2)




La iglesia de San Blas que se ve actualmente, fue edificada en estilo barro a principios del XVIII, y reemplaza a la construcción anterior, destruida a mediados del XIV por un incendio. Su interior es muy espacioso, de planta rectangular y con una cúpula central.




Entrando a la Ciudad Vieja de Dubrovnik por la puerta de Pile, enfilamos la avenida principal llamada Stradun o Placa, que comunica con el otro acceso importante, Ploce, y su embarcadero.
Un paseo por estas calles es como transportarse a un pasado cargado de arte e historia.


jueves, 22 de mayo de 2014

Dubrovnik (1)

 Claustro del Monasterio Franciscano
"La perla del Adriático", como la definió Bernard Shaw, Dubrovnik es una impresionante ciudad localizada en la región croata de Dalmacia, declarada Patrimonio de la Humanidad por sus peculiares calles de mármol, sus fuentes renacentistas, sus iglesias barrocas y su espléndida muralla medieval.

Fuente de Onofre y Monasterio Franciscano.
El Monasterio Franciscano está ubicado en la entrada por la puerta de Pile. De estilo románico en sus orígenes, en el XVII se reconstruyó al estilo gótico tardío. En el interior destaca especialmente su claustro que presenta ocho columnas en cada uno de sus lados, dotadas de capiteles adornados con diferentes motivos. También destaca la farmacia que continúa abierta desde 1317, siendo considerada la botica más antigua en activo.



Palacio del Rector
También llamado Palacio de los Regidores, es de estilo gótico-renacentista y está situado junto a la Catedral. Durante la época de la República de Ragusa fue sede del Gran Consejo y actualmente acoge el Museo de la ciudad.




miércoles, 14 de mayo de 2014

Fusión-distorsión


Permitidme que hoy me ponga así un poco como chulín. Y es que esta foto recibió el pasado lunes el primer premio del Salón de Primavera que todos los años organiza la RSFZ. Ya la había publicado y la presenté a concurso con algún retoque, tal y como la muestro ahora. Si no lo digo reviento. Espero que sepáis perdonarme el pecadillo de vanidad.