sábado, 23 de noviembre de 2013

El Justicia de Aragón


Hoy me he levantado plasta. Aviso. Y con ganas.
La institución del Justicia de Aragón surgió nada menos que a finales del S. XII, y desde el primer momento reunió influencia y poder. Mediaba en las disputas entre el Rey y la nobleza, encargándose más tarde de resolver los conflictos entre la monarquía y los ciudadanos. Presidía las Cortes de Aragón en ausencia del Rey, tomaba juramento a los Reyes de Aragón en la Catedral de La Seo de Zaragoza y se le encomendó la interpretación del Derecho Aragonés. También estaba encargado de recordar a los gobernantes que las leyes obligan a todos y especialmente a quienes las promulgan. El juramento de los Reyes decía: "te hacemos Rey si cumples nuestros Fueros y los haces cumplir, si no, no".
 

Corría el S. XVI cuando Antonio Pérez, secretario del rey Felipe II y caído en desgracia ante la Corte por sospechoso de asesinato, solicitó ser acogido en Aragón donde debía ser juzgado con arreglo a los Fueros. El Rey lo acusó falsamente de herejía para que así pudiera ser sometido al dictámen del Santo Oficio, y entró con sus ejércitos en Aragón incumpliendo los fueros que él mismo había firmado y jurado respetar. El Justicia de Aragón, D. Juan de Lanuza, lideró las protestas frente a este atropello, por lo que fue decapitado por orden del monarca.
La ciudad de Zaragoza levantó el monumento a la Institución del Justiciazgo en conmemoración de aquél hecho.
En 1711 Felipe V suprimió la figura del Justicia, que reapareció en 1982 y fue recogido en el Estatuto de Autonomía como tercera autoridad de la Comunidad. Sus funciones son: la defensa de los derechos y libertades de los ciudadanos frente a los abusos de las Administraciones Públicas, la defensa del Estatuto y la tutela del ordenamiento jurídico Aragonés. Como es natural, ya no juzga ni dicta sentencias como en la época medieval. Solo supervisa la actividad de la Administración a través de informes y recomendaciones. Actualmente este cargo es ocupado por D. Fernando García Vicente, ahora tan ponderado Justicia como antes profesor.


Se considera que la figura del Defensor del Pueblo, extendida por toda Europa, surgió en Suecia a principio del S. XIX con el nombre de OMBUDSMAN. Pero la realidad es que, aunque sus funciones iniciales obviamente en su contexto histórico no podían ser ni parecidas a las actuales, y que en algún momento pudo convertirse en una institución aristocrática y hasta hereditaria en consonancia con la estructura social del momento, hace mas de 800 años ya existía en Aragón su antecedente mas remoto.
Hace unos meses se habló de una posible desaparición de la figura del Defensor del Pueblo de las CC. AA., y por lo tanto del Justicia de Aragón, como una medida de recorte de gastos, aunque tal iniciativa parece ya olvidada. En esta época de galopante descrédito de las instituciones en general, a mi me apetece reivindicar su importancia y valor como elemento de cohesión social. Las sociedades en las que el Estado juega un papel más integrador suelen ser aquéllas en las que sus instituciones son respetadas. El simple hecho de que se planteara tal iniciativa, tratándose de una con un presupuesto ridículamente pequeño en comparación con el despilfarro generado por la corrupción política por todos conocida, en mi opinión deja en evidencia a esos politiquillos que seguramente lo ignoran todo de ella. Claro que para que las Instituciones sean merecedoras de semejante crédito social deben cumplir la regla básica que les legitima: servicio exclusivo a los ciudadanos y sus intereses, y ejemplaridad en el desarrollo de tal función.
Os lo dije.


martes, 19 de noviembre de 2013

Geometría urbana


La RSFZ, en su infinita generosidad, me concedió el segundo premio en el concurso social del pasado mes de octubre. En este caso el tema era libre, y se me ocurrió esto después de mucho observar y aprender de los buenos minimalistas que pululan por este mundo bloguero. Va por ellos.

viernes, 15 de noviembre de 2013

domingo, 3 de noviembre de 2013

El Palacio de Diocleciano (I)


Nacido en el año 244, Diocleciano se convirtió en emperador romano a las 40 años de edad. Reorganizó el Imperio instaurando la tetrarquía, es decir, la división del Imperio en dos partes (Oriente y Occidente) y el reparto de poder entre dos augustos y dos césares. También se caracterizó por su feroz persecución a los cristianos.


Este palacio fue mandado contruir por el propio Diocleciano como lugar para su retiro de la vida política. En el año 305 se traslada a vivir a él hasta su fallecimiento.


Con unas imponentes dimensiones de 38.000 m2 y una disposición rectangular, presenta originales formas arquitectónicas que anuncian el arte bizantino y el medieval temprano. En el interior del palacio se encuentra el Mausoleo de Diocleciano, que es actualmente la Catedral de Santo Domingo.


Solo se conservan algunas partes de la construcción original, pese a lo que se le considera el mejor conservado de entre los de sus características. Actualmente es el centro neurálgico de la ciudad de Split.