viernes, 31 de enero de 2014

Bodegón surrealista o ganas de enredar un poco


Ya me ha pasado otras veces, incluida una entrada que realicé hace mucho tiempo. Se trata de la necesidad irreprimible de dar forma a imágenes que no tienen ningún propósito ni se ajustan a ninguno de los cánones de la fotografía ni tienen el más mínimo significado. Es jugar por jugar, enredar que se dice mucho por aquí, incluso saltándome todos los criterios de la estética y de la composición. Ser incoherente y disfrutar con ello, la vuelta a la infancia aunque sea solo por un rato.
Además me noto que esto no se me ha pasado todavía.

lunes, 27 de enero de 2014

Fuente de los 20 caños


A la ciudad amurallada de Daroca, en el siglo XVII se accedía a través de una de sus dos puertas, la Alta y La Baja. A la puerta principal, la Baja, se le incorporó esta fuente de estilo renacentista, construida para aumentar aún más su protagonismo y grandiosidad. Es una de las entradas monumentales más imponentes que se pueden ver en España, con sus enormes torreones flanqueando un arco de gran anchura, y que parece dar la bienvenida al viajero de otro tiempo.


Ubicada frente al convento de San Marcos, la fuente dispone de 20 caños de agua que salen de la boca de otros tantos rostros. Entre los rostros hay elementos decorativos como frutas y jarrones. El conjunto se remata con un friso y un frontón con el escudo de la ciudad.
Quizás en otro momento valga la pena presentar una muestra más completa de la ciudad, incluido el recorrido por la muralla, el paseo barroco desde la puerta Baja hasta la Alta, o detenerse en recordar el llamado milagro de los Corporales.


viernes, 3 de enero de 2014

Palacio de Avellaneda


Don Francisco de Zúñiga, tercer Conde de Miranda, encargó la construcción de este palacio renancentista allá por la segunda mitad del siglo XVI, que se ubica (como comenté en la entrada anterior) en la Plaza Mayor de Peñaranda de Duero. De ahí que se le conozca también como Palacio de los Condes de Miranda.


Construido sobre piedra caliza, nada más entrar nos encontramos con un zaguán que da paso a un patio plateresco con galería doble y ornamentación mudéjar. El labrado de los artesonados es una auténtica maravilla.

Las dos plantas comunican a través de una imponente escalera de tres tramos. Alrededor del patio se ubican las dependencias, entre las que destaca el Salón de Embajadores, en la planta superior.


Después de varias épocas de abandono, en la segunda mitad del siglo pasado se llevó a cabo una ambiciosa restauración y ampliación. Actualmente, además de ser un importante reclamo turístico, sirve como centro de estudios universitarios y es sede de convenciones.