viernes, 22 de diciembre de 2017

Ventanas / 46

Con esta ventana canfranera yo también quiero felicitar la Navidad a todos los amigos blogueros. ¡Ah! y en el día de la lotería, al menos, ¡salud que haya!

NEVADA

lunes, 11 de diciembre de 2017

Canfranc nevado 1

Ya en 1853 diversas entidades trabajan sobre la vieja idea de unir Francia y España a través de una línea de ferrocarril que atravesara los Pirineos, aunque las obras no comenzaron hasta 1888. Después de descartar otras opciones, la Estación Internacional de Canfranc se construye en la gran explanada de Los Arañones, a 1.195 m. de altitud. Después de varios retrasos, en 1928 el Rey Alfonso XIII y el Presidente de la República Francesa M. Gaston Doumergue inauguran la línea y la Estación, edificio clasificado de modernista, integrado en las corrientes internacionales de la época.


La Estación de Canfranc fue el complejo ferroviario mas importante de los construidos en nuestro país durante el primer tercio del siglo XX y el segundo de Europa tras la estación alemana de Leipzig. Las medidas y números de su edificio central así lo reflejan: 241 m. de longitud, una anchura de 12,5 m., 75 puertas por cada lado y tantas ventanas como días tiene un año. En la planta baja se ubicaron las dependencias de mayor categoría y bajo la cúpula central se encontraba el vestíbulo, un amplio espacio decorado con pilastras adosadas, capiteles y molduras de escayola. Aquí estaban las taquillas y las ventanillas de información para los viajeros. El Hotel Internacional con su restaurante, las dependencias administrativas, las compañías explotadoras y una treintena de viviendas en las que se alojaban los empleados de la estación, completaban el complejo.


La gran depresión mundial, un grave incendio y sobre todo la Guerra Civil del año 36 suponen un freno en su normal funcionamiento. El ejército rebelde se hace cargo de la Estación y el túnel queda tapiado para impedir cualquier penetración desde Francia, y así quedó hasta 1939, cuando estalla la II Guerra Mundial.
Los Nazis, con un grupo de oficiales de la SS y miembros de la Gestapo, tomaron el mando de la Estación hasta el final de la contienda.
Comenzó a urdirse una trama de espionaje por los dos bandos. La Resistencia Francesa se colaba por Canfranc ayudada en muchos casos por sus amigos españoles. La Estación también fue vía para los judíos que escapaban del horror de la Alemania nazi.


También fue un coladero de contrabando. Existen documentos que demuestran lo que siempre se sospechó: el contrabando de oro del expolio nazi. Nada menos que 87 toneladas de oro procedentes de Suiza se blanquearon en España a través de Canfranc. Parece ser que parte de ese oro fue el pago que Hitler le hizo a Franco por los envíos que éste hacía de toneladas de mineral de wolframio procedente de las minas de Galicia. Este mineral era esencial para el blindaje de los tanques y cañones del ejército alemán, y Franco lo enviaba en agradecimiento por la ayuda de Hitler durante la Guerra Civil Española.
El resto del oro se cree que llegó a Portugal (junto con 44 toneladas de plata, 44 de armamento, 10 de relojes y otros enseres) para ser enviado a nazis exiliados en Sudamérica que se encargarían de esconderlo o blanquearlo. 



Finalizada la II Guerra Mundial la estación comenzó a recobrar su funcionamiento habitual aunque, debido a los estragos que la guerra había producido en Francia y la situación de España después de su propia guerra, la afluencia de trenes disminuía poco a poco pero de forma considerable.
Fue en 1970 cuando la Estación recibió su estocada final que provocó su abandono, dejándola como un fantasma de hormigón  y hierro olvidado en mitad del Pirineo. Fue el 27 de marzo cuando un tren francés, tirado por dos locomotoras, descarriló destruyendo el puente de L’Estanguet. Al parecer el descarrilamiento se produjo por un fallo en el sistema eléctrico, pero otro muchos, de aquí y de allá, cuentan que este accidente no fue casual y que se trató de un ardid elaborado por la SNFC (la compañía ferroviaria francesa) para cerrar la vía, puesto que para la compañía francesa producía pérdidas cada vez mayores.
El proyecto de reapertura de la línea internacional del Canfranc es una vieja aspiración muy querida por los aragoneses. El estudio de reapertura de la línea y la reconstrucción de la Estación están aprobados por los gobiernos francés y español, lo que implica una inmediata intervención.

Fuentes: "La Estación de Canfranc", Oficina de Turismo de Canfranc, e "Historia de la Estación de Canfranc",unmundofascinante.com.